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Tratamientos

Los inhibidores de JAK emergen como opción prometedora en el tratamiento del eccema crónico de manos

Introducción
El eccema crónico de manos representa uno de los desafíos diagnósticos y terapéuticos más complejos en el campo de la dermatología estética y la medicina estética avanzada. Esta afección, caracterizada por lesiones cutáneas persistentes, prurito y descamación, afecta significativamente la calidad de vida de los pacientes y limita la práctica de numerosos procedimientos estéticos. La aparición de los inhibidores de la vía JAK (Janus quinasa) como terapia emergente abre un nuevo panorama para clínicas y centros de estética que buscan opciones eficaces y seguras para el manejo de este problema dermatológico.

Novedad o Tratamiento
Los inhibidores de JAK constituyen una clase de fármacos orales y tópicos diseñados para bloquear selectivamente las enzimas Janus quinasa, implicadas en la transmisión de señales inflamatorias. Su aplicación en eccema crónico de manos está revolucionando el abordaje terapéutico, especialmente en pacientes que no responden a tratamientos convencionales como corticosteroides tópicos, inhibidores de calcineurina (por ejemplo, tacrolimus), o fototerapia.

Características Técnicas
Los principios activos más avanzados en esta categoría incluyen baricitinib, upadacitinib, abrocitinib (orales) y ruxolitinib (tópico). Ruxolitinib crema al 1,5% ha sido recientemente aprobado en la Unión Europea y Estados Unidos para dermatitis atópica moderada a grave, y se explora su uso off-label en eccema de manos resistente. Estos compuestos actúan inhibiendo las subunidades JAK1 y JAK2, reduciendo la cascada inflamatoria asociada a la patogenia del eccema crónico.
En términos de protocolo, la aplicación tópica se realiza dos veces al día durante ciclos de 8 a 12 semanas, mientras que la vía oral depende de la molécula (por ejemplo, baricitinib 2-4 mg/día).

Innovaciones respecto a modelos anteriores
A diferencia de los tratamientos clásicos, los inhibidores de JAK no presentan los efectos adversos a largo plazo asociados a los corticosteroides tópicos, como atrofia cutánea o telangiectasias. Además, ofrecen una acción antiinflamatoria dirigida, lo que reduce la afectación sistémica y mejora el perfil de seguridad en aplicaciones prolongadas. Los nuevos sistemas de formulación tópica permiten una penetración localizada, minimizando la absorción sistémica y el riesgo de inmunosupresión generalizada.

Evidencia y Estudios recientes
Un estudio multicéntrico publicado en 2023 en el *Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology* evaluó la eficacia de ruxolitinib crema en pacientes con eccema crónico de manos, demostrando una reducción significativa en el índice Hand Eczema Severity Index (HECSI) en un 65% de los casos tras 12 semanas de tratamiento, frente al 38% con terapias convencionales. Los efectos adversos fueron leves y transitorios, principalmente eritema y prurito leve en el sitio de aplicación.

Ventajas y Limitaciones
Entre las principales ventajas destaca la rápida mejoría sintomática, el bajo riesgo de efectos secundarios graves y la ausencia de limitación de uso en áreas delicadas de la piel. Sin embargo, los inhibidores de JAK presentan limitaciones: su coste (ruxolitinib crema ronda los 350-400 euros el envase de 60 g), la falta de datos sobre seguridad en uso crónico prolongado, y la necesidad de monitorización en tratamientos orales para descartar alteraciones hematológicas o infecciones oportunistas.

Opinión de Expertos
La Dra. María Lázaro, dermatóloga especialista en medicina estética, destaca: «Los inhibidores de JAK suponen un avance notable en el manejo del eccema crónico, especialmente para profesionales de la estética donde la integridad de la piel de las manos es esencial para la realización de técnicas avanzadas y aparatología».

Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética
La introducción de estos fármacos permite a los centros de estética y clínicas médico-estéticas ofrecer soluciones personalizadas a empleados y clientes con eccema persistente, reduciendo el absentismo y mejorando el bienestar de los profesionales. Su uso puede integrarse en protocolos combinados con terapias de luz LED, hidratantes con ceramidas y emolientes de última generación de marcas como La Roche-Posay, CeraVe o Eucerin. El seguimiento dermatológico y la formación específica del personal son clave para optimizar los resultados y garantizar la seguridad.

Conclusiones
Los inhibidores de JAK representan una innovación relevante y práctica para el sector estético, proporcionando una alternativa eficaz y con buen perfil de seguridad para el tratamiento del eccema crónico de manos. Su integración en protocolos avanzados permite mejorar la calidad de vida de pacientes y profesionales de la estética, aunque es fundamental una correcta selección de candidatos, monitorización y formación continua para maximizar los beneficios y minimizar riesgos.

(Fuente: www.dermatologytimes.com)