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Tratamientos

Influencia de los Factores Genéticos en Urticaria Aguda y Crónica: Claves para Protocolos Personalizados

Introducción
La urticaria, tanto en su presentación aguda como crónica, supone un reto frecuente en la práctica diaria de clínicas médico-estéticas y consultorios dermatológicos. Aunque tradicionalmente su abordaje ha estado centrado en el tratamiento sintomático y la evitación de desencadenantes, los avances en genética han abierto nuevas vías para la comprensión de su fisiopatología y el desarrollo de estrategias terapéuticas personalizadas. Este artículo desglosa el papel de los factores genéticos en la urticaria, incidiendo en su potencial para transformar la práctica profesional en estética avanzada y medicina estética.

Novedad o Tratamiento
El creciente conocimiento sobre la base genética de la urticaria está permitiendo identificar subtipos clínicos y biomarcadores que pueden guiar la elección de tratamiento. Esto es especialmente relevante en la urticaria crónica espontánea (UCE), donde la etiología idiopática dificulta el manejo eficaz y la satisfacción del paciente. La identificación de variantes genéticas asociadas con la disfunción de mastocitos, la regulación inmune y la susceptibilidad a la autoinmunidad abre la puerta a intervenciones más precisas y dirigidas.

Características Técnicas
Entre los genes implicados en la urticaria destacan los relacionados con la función de mastocitos y basófilos (por ejemplo, FCER1A, que codifica la cadena alfa del receptor de IgE de alta afinidad), así como genes vinculados a la respuesta inflamatoria como TNFA, IL-4 e IL-6. Recientes paneles de secuenciación genética, como el de Illumina TruSight One, permiten analizar simultáneamente múltiples variantes potencialmente asociadas a urticaria, facilitando la estratificación de pacientes y la predicción de respuesta a tratamientos biológicos como omalizumab (anticuerpo monoclonal anti-IgE).

Innovaciones respecto a Modelos Anteriores
Frente al enfoque tradicional, basado en la administración empírica de antihistamínicos y corticoides, la integración de datos genéticos permite anticipar la evolución clínica y la probabilidad de respuesta a terapias avanzadas. Por ejemplo, los pacientes con variantes genéticas que afectan la regulación de la IgE o de los mastocitos pueden beneficiarse antes y de forma más sostenida de tratamientos con omalizumab (Xolair®), mejorando el control sintomático y reduciendo la necesidad de medicación de rescate.

Evidencia y Estudios Recientes
Un estudio publicado en 2022 en el *Journal of Allergy and Clinical Immunology* demostró que polimorfismos en el gen FCER1A se asocian a mayor riesgo de urticaria crónica y a una mejor respuesta a terapias anti-IgE (Zhu et al., 2022). Otros estudios han identificado asociaciones entre variantes en genes de citocinas, como IL-4 y TNFA, y la persistencia de urticaria o la resistencia a antihistamínicos convencionales.

Ventajas y Limitaciones
Entre las ventajas del enfoque genético destacan la posibilidad de personalizar el tratamiento, reducir la exposición innecesaria a fármacos y optimizar los resultados clínicos. Sin embargo, la implementación de pruebas genéticas en la práctica estética avanzada aún presenta limitaciones: coste elevado de los test (actualmente entre 180 y 400 euros por panel completo), necesidad de asesoramiento genético y la falta de protocolos estandarizados en muchos centros.

Opinión de Expertos
Según la Dra. Marta García Rodríguez, dermatóloga especializada en urticaria crónica y consultora en medicina estética, “la integración de biomarcadores genéticos en el diagnóstico y manejo de la urticaria supone un salto cualitativo en la atención al paciente, permitiendo tratamientos más selectivos y con mejor perfil de seguridad, especialmente en casos refractarios”. Por su parte, la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) destaca la necesidad de formación específica en genética para profesionales del sector y la colaboración con laboratorios especializados.

Aplicaciones Prácticas en Centros y Clínicas de Estética y Medicina Estética
A nivel práctico, los centros de estética avanzada y clínicas médico-estéticas pueden incorporar el análisis genético como parte de la valoración integral de pacientes con urticaria crónica o recidivante, especialmente aquellos que no responden a protocolos convencionales. La información genética puede guiar la elección de tratamientos biológicos (como omalizumab), ajustar las dosis de antihistamínicos y anticipar la necesidad de derivación a dermatología avanzada. Clínicas líderes ya están comenzando a ofrecer estos servicios, diferenciándose en un mercado cada vez más competitivo y alineándose con la tendencia internacional hacia la medicina personalizada.

Conclusiones
La influencia de los factores genéticos en la urticaria, tanto aguda como crónica, está redefiniendo los estándares de manejo en medicina estética y dermatológica. La identificación de variantes genéticas asociadas a la enfermedad ofrece oportunidades inéditas para la personalización del tratamiento, mejorando la eficacia y la satisfacción del paciente. Aunque los costes y la necesidad de formación específica suponen aún una barrera, la integración progresiva de la genética en los protocolos clínicos representa una tendencia clara y creciente en el sector estético avanzado.

(Fuente: www.dermatologytimes.com)