El nuevo lanzamiento de Skims de Kim Kardashian revoluciona el debate sobre las fajas faciales en estética avanzada
Introducción
En los últimos meses, el sector de la estética avanzada ha presenciado un aumento del interés en los productos de shapewear facial, impulsado por la popularidad mediática de figuras como Kim Kardashian. El reciente lanzamiento de una nueva línea de fajas faciales por parte de Skims ha reavivado el debate sobre la eficacia real de estos dispositivos no invasivos en la mejora del contorno facial. Este artículo examina en profundidad las características técnicas, la evidencia científica y las aplicaciones prácticas de las fajas faciales en el entorno profesional de la estética avanzada.
Novedad o Tratamiento
El shapewear facial, también conocido como faja facial, banda compresiva o máscara de lifting, es un accesorio elástico diseñado para ejercer presión controlada sobre la estructura facial y submentoniana. Su objetivo declarado es redefinir el óvalo facial, reducir la flacidez y favorecer el drenaje linfático tras procedimientos como la radiofrecuencia, la mesoterapia o la remodelación facial con aparatología avanzada. El nuevo modelo de Skims, promovido por Kim Kardashian, ha sido diseñado en materiales elásticos de última generación y pretende combinar la estética del diseño con la funcionalidad de la compresión facial.
Características Técnicas
Las fajas faciales profesionales suelen estar confeccionadas en tejidos hipoalergénicos, como el neopreno de grado médico, la lycra y el elastano, materiales que garantizan una presión homogénea y permiten la transpiración cutánea. El modelo de Skims incorpora costuras planas, cierres ajustables de velcro y una estructura ergonómica que busca adaptarse a diferentes morfologías faciales. En el entorno clínico, marcas como Marena, Lipoelastic y Design Veronique lideran el mercado de fajas compresivas postquirúrgicas y post-tratamiento, con precios que oscilan entre los 40 y 90 euros por unidad, dependiendo del diseño y la calidad de los materiales.
Innovaciones respecto a modelos anteriores
A diferencia de los modelos tradicionales, que pueden resultar incómodos o producir pliegues en la piel, los nuevos diseños apuestan por materiales ultraligeros y compresiones diferenciadas según la zona facial. El modelo Skims, por ejemplo, utiliza paneles reforzados en la línea mandibular y en la zona submentoniana para potenciar el efecto tensor, mientras que emplea tejidos más suaves en mejillas y nuca para evitar marcas. Además, algunas fajas faciales de última generación incluyen inserciones de gel frío o tejidos con microcápsulas de principios activos como colágeno o cafeína, orientadas a potenciar el efecto reafirmante.
Evidencia y Estudios recientes
La literatura científica sobre la eficacia de las fajas faciales en la remodelación del contorno facial es todavía limitada. Una revisión sistemática publicada en 2022 en la revista *Aesthetic Surgery Journal* (Kim et al., 2022) sugiere que la compresión post-procedimiento puede contribuir a reducir el edema y mejorar la adaptación de los tejidos tras liposucción facial o lifting quirúrgico. Sin embargo, no existen pruebas concluyentes de que el uso domiciliario de fajas faciales logre resultados comparables a los obtenidos con técnicas de aparatología avanzada como la radiofrecuencia multipolar (ej. Venus Legacy, BTL Exilis) o el ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU, como Ultherapy o Doublo Gold).
Ventajas y Limitaciones
Entre las principales ventajas del shapewear facial destacan su facilidad de uso, el bajo coste y la posibilidad de utilizarlo como complemento domiciliario tras procedimientos médico-estéticos. No obstante, presenta limitaciones notables: los efectos suelen ser temporales y dependen de la constancia en el uso, y no existe remodelación tisular real comparable a la obtenida con aparatología o tratamientos inyectables. Además, un uso inadecuado o excesivo puede generar molestias, cefaleas o marcas cutáneas, especialmente en pieles sensibles.
Opinión de Expertos
Expertos en medicina estética, como la Dra. María Ortega (Clínica Ortega, Madrid), subrayan que “la faja facial tiene una indicación clara en el postoperatorio inmediato de liposucción facial o lifting, para controlar el edema y ayudar a la retracción de la piel. Sin embargo, su uso cosmético domiciliario como método de remodelación facial debe considerarse como un complemento, nunca como un sustituto de tratamientos profesionales.” Por su parte, la especialista en aparatología avanzada Carmen Gil (Centro Avanza Estética, Barcelona) señala que “los resultados visibles tras el uso de fajas faciales suelen ser sutiles y efímeros, y en ningún caso igualan la eficacia de la radiofrecuencia, la carboxiterapia o el HIFU en la definición del óvalo facial.”
Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética
En el entorno clínico, las fajas faciales se emplean fundamentalmente como soporte tras intervenciones quirúrgicas o procedimientos mínimamente invasivos, en protocolos de recuperación supervisados por el profesional. En centros de estética avanzada, pueden recomendarse como complemento en protocolos de rejuvenecimiento facial, pero siempre informando al cliente sobre sus limitaciones. No sustituyen en ningún caso a la aparatología médica de última generación, que sigue siendo la opción preferente para la redefinición y el tensado facial.
Conclusiones
El lanzamiento de la faja facial de Skims ha reavivado el interés por este tipo de dispositivos en el sector de la estética avanzada. No obstante, la evidencia científica actual respalda su uso solo como complemento post-procedimiento y con expectativas realistas respecto a sus resultados. Los profesionales del sector deben asesorar a sus clientes sobre los beneficios y limitaciones de estos productos, priorizando siempre la aparatología avanzada y los tratamientos médico-estéticos como estrategias efectivas para la remodelación facial.
(Fuente: aestheticmed.co.uk)