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Scrotox: Avances, demanda y aplicación del Botox en la zona escrotal en el sector de la estética masculina

Introducción

El sector de la medicina estética masculina ha experimentado una evolución significativa en la última década, con una oferta cada vez más especializada de tratamientos que responden a las demandas de este público. Entre las tendencias emergentes destaca el crecimiento de procedimientos orientados a mejorar el confort, la autopercepción y la estética genital masculina. Uno de los tratamientos que más interés está despertando en los últimos años en el Reino Unido es el uso de toxina botulínica tipo A (Botox®) en el escroto, conocido coloquialmente como “Scrotox”. Este procedimiento ha registrado más de 46.000 búsquedas en Google en el último año en Reino Unido, lo que evidencia su creciente popularidad y la necesidad de información técnica rigurosa para los profesionales del sector.

Novedad o Tratamiento

El “Scrotox” consiste en la infiltración de toxina botulínica tipo A, un neuromodulador ampliamente utilizado en medicina estética facial, en la piel del escroto. El objetivo principal es relajar el músculo dartos para conseguir un aspecto más liso y descendido del escroto, reduciendo la arruga superficial y, en algunos casos, mejorando el confort al disminuir la sudoración y la retracción escrotal asociada al estrés o temperaturas bajas.

Características Técnicas

El protocolo estándar se basa en la utilización de toxina botulínica tipo A, preferentemente de marcas líderes como Botox® (Allergan), Dysport® (Ipsen) o Bocouture® (Merz). La dosis habitual oscila entre 50 y 100 unidades de toxina, distribuidas mediante microinyecciones superficiales en la dermis escrotal, adaptando la cantidad según la morfología y el grado de laxitud de cada paciente.

El procedimiento se realiza en consulta, con anestesia tópica o local para minimizar el disconfort. La técnica requiere conocimiento anatómico detallado para evitar la infiltración en estructuras profundas y optimizar la seguridad. El efecto máximo suele observarse a los 7-14 días y la duración media es de 4 a 6 meses, similar a otras aplicaciones de la toxina.

Innovaciones respecto a modelos anteriores

A diferencia de la aplicación tradicional de la toxina botulínica, centrada en el tercio superior facial y el tratamiento de hiperhidrosis axilar, el Scrotox representa un avance en la personalización de tratamientos íntimos masculinos. Los dispositivos de inyección de última generación, como las microagujas Nanosoft™ de Laboratorios Fillmed, permiten optimizar la dispersión del producto y reducir el riesgo de hematomas, mejorando la experiencia del paciente.

Además, algunos centros de referencia han incorporado protocolos combinados con aparatología de radiofrecuencia fraccionada (ejemplo: Morpheus8 Body™ de InMode) para potenciar la retracción cutánea y prolongar los resultados, una tendencia cada vez más extendida en el rejuvenecimiento genital masculino.

Evidencia y Estudios recientes

La literatura científica sobre el Scrotox es limitada, pero creciente. Un estudio piloto publicado en el “Journal of Cosmetic Dermatology” (Sharma et al., 2018) evaluó la eficacia y seguridad de la toxina botulínica en 14 pacientes, constatando una mejora significativa en el aspecto escrotal y la satisfacción del paciente, con efectos adversos leves y transitorios. No obstante, la comunidad científica demanda estudios a mayor escala y con seguimiento prolongado para establecer protocolos estandarizados.

Ventajas y Limitaciones

Ventajas:
– Procedimiento mínimamente invasivo, ambulatorio y de rápida recuperación.
– Mejora la estética escrotal y el confort, especialmente en pacientes con retracción acentuada o hiperhidrosis.
– Alta satisfacción del paciente en series preliminares.
– Compatible con otros tratamientos de rejuvenecimiento genital.

Limitaciones:
– Duración limitada del efecto (4-6 meses), requiriendo sesiones periódicas.
– Carencia de estudios longitudinales y ausencia de indicación aprobada por ficha técnica.
– Posibilidad de efectos adversos locales (edema, hematoma, dolor leve).
– Necesidad de formación específica y consentimiento informado detallado.

Opinión de Expertos

Referentes como el Dr. Ashwin Soni (Londres) y la Dra. Natalia Jiménez (Madrid) subrayan la importancia de una valoración personalizada y el dominio anatómico para evitar complicaciones. Coinciden en que, aunque la demanda crece, el Scrotox debe indicarse sólo a candidatos seleccionados, en un contexto profesional médico-estético y tras descartar expectativas irreales.

Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética

El Scrotox está ganando presencia en clínicas especializadas en salud y estética masculina, especialmente en capitales como Madrid, Barcelona y Londres. El ticket medio por sesión se sitúa entre 400 y 700 euros, dependiendo de la dosis y la reputación del centro.

Para integrar este tratamiento en la oferta de un centro médico-estético, se recomienda:
– Formación avanzada en técnicas de microinyección genital.
– Consentimiento informado específico y consulta previa exhaustiva.
– Equipos de toxina botulínica de marcas reconocidas y dispositivos de inyección de alta precisión.
– Promoción responsable, orientada a un público masculino informado y exigente.

Conclusiones

El Scrotox representa una tendencia innovadora y en expansión dentro de la medicina estética masculina, alineada con la creciente demanda de tratamientos personalizados y mínimamente invasivos. Aunque las perspectivas son prometedoras, la evidencia clínica aún es limitada y requiere de mayor investigación para establecer protocolos seguros y eficaces. Los centros y clínicas que deseen incorporar esta técnica deben priorizar la formación, la seguridad y la información rigurosa al paciente para consolidar su posicionamiento en el competitivo mercado de la estética avanzada masculina.

(Fuente: aestheticmed.co.uk)