Relación genética entre psoriasis y enfermedades cardiovasculares: papel clave de las vías IL-23 e IL-17
Introducción
La intersección entre la dermatología y la medicina estética avanzada exige una comprensión profunda de los mecanismos moleculares y genéticos que subyacen a patologías crónicas frecuentes en consulta, como la psoriasis. En los últimos años, la evidencia científica ha revelado una asociación significativa entre la psoriasis y el incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV), lo que obliga a los profesionales del sector a considerar no sólo el abordaje estético, sino también la salud global del paciente. Este artículo analiza detalladamente los vínculos genéticos entre ambas condiciones, centrándose en el papel de las vías inflamatorias IL-23 e IL-17, cada vez más relevantes en la medicina estética y antiaging.
Novedad o Tratamiento
La relación entre la psoriasis y las ECV se ha atribuido en gran parte a la inflamación sistémica compartida, mediada por rutas inmunológicas específicas. En este contexto, la investigación reciente pone el foco en las vías interleucina 23 (IL-23) e interleucina 17 (IL-17), cruciales tanto en la patogénesis de la psoriasis como en la promoción de la aterosclerosis y la disfunción endotelial, dos factores determinantes en el desarrollo de ECV. La comprensión de estos mecanismos abre la puerta a estrategias preventivas y terapéuticas mucho más eficaces, tanto desde el punto de vista dermatológico como cardiovascular.
Características Técnicas
Las vías IL-23/IL-17 forman parte del eje inmunológico Th17, fundamental en la respuesta inflamatoria crónica. Genéticamente, se ha identificado la sobreexpresión de genes codificantes para IL-23A, IL-23R e IL-17A en pacientes con psoriasis, lo que conduce a la activación sostenida de linfocitos Th17 y a la liberación de citocinas proinflamatorias. Estas citocinas no solo perpetúan las lesiones psoriásicas, sino que también promueven la inflamación vascular, el reclutamiento de células inmunes en la pared arterial y la formación de placas ateroscleróticas.
En la práctica clínica, varios biológicos han sido desarrollados específicamente para inhibir estas rutas, como secukinumab y ixekizumab (anti-IL-17A), así como ustekinumab y guselkumab (anti-IL-23). Estas moléculas han revolucionado el manejo de la psoriasis moderada y grave, y se están estudiando sus efectos protectores cardiovasculares.
Innovaciones respecto a modelos anteriores
Frente a los tratamientos tópicos clásicos o la fototerapia, la aparición de terapias biológicas dirigidas a IL-23/IL-17 supone un cambio de paradigma, al atacar la raíz inmunogenética de la enfermedad. A diferencia de los inmunosupresores sistémicos convencionales (como metotrexato o ciclosporina), estos agentes presentan una mayor especificidad, reduciendo el riesgo de efectos adversos generalizados y mostrando un posible impacto positivo en la reducción de la inflamación sistémica y vascular.
Evidencia y Estudios recientes
Un estudio publicado en 2023 en *Nature Communications* (Tsoi et al., 2023) identificó variantes genéticas comunes en los loci de IL-23R y IL-17A en cohortes de pacientes con psoriasis y ECV, confirmando la hipótesis de una predisposición genética compartida. Además, ensayos clínicos recientes han mostrado que el tratamiento con inhibidores de IL-17 reduce marcadores de inflamación endotelial y arterial, aunque aún es necesario un seguimiento prolongado para demostrar una reducción significativa en eventos cardiovasculares mayores.
Ventajas y Limitaciones
La principal ventaja de estas terapias reside en su capacidad dual: controlar eficazmente la psoriasis y potencialmente disminuir el riesgo cardiovascular a través de la modulación de la inflamación sistémica. No obstante, su elevado coste (de 8.000 a 16.000€ anuales dependiendo del biológico y pauta) y la necesidad de monitorización clínica y analítica limitan su uso a casos seleccionados. Además, la evidencia sobre su impacto directo en la reducción de infartos o ictus aún es preliminar.
Opinión de Expertos
Dermatólogos y especialistas en medicina estética avanzada coinciden en señalar la importancia de un enfoque integral en pacientes con psoriasis. Según la Dra. María Fernández, especialista en dermatología estética, “la introducción de biológicos anti-IL-17 e IL-23 no solo ha cambiado los protocolos terapéuticos, sino también la forma en la que evaluamos el riesgo cardiovascular y la salud global de nuestros pacientes, integrando cribados y seguimiento de factores de riesgo cardiovascular en consulta estética.”
Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética
Para los profesionales que gestionan clínicas de estética avanzada, es fundamental conocer estas vías y su relevancia genética, dado que los pacientes con psoriasis pueden beneficiarse de programas integrales de prevención cardiovascular, asesoramiento nutricional, manejo del estrés y control de factores de riesgo. La colaboración multidisciplinar con cardiólogos y la implementación de protocolos de derivación pueden suponer un valor añadido para los servicios de medicina estética, diferenciando la oferta clínica y garantizando una atención basada en la evidencia más actual.
Conclusiones
La psoriasis y las enfermedades cardiovasculares comparten una base genética e inmunológica, especialmente mediada por las vías IL-23/IL-17. El conocimiento de estos mecanismos es esencial para los profesionales de la estética avanzada, permitiendo ofrecer un abordaje holístico, personalizado y basado en la ciencia, que va más allá del tratamiento cutáneo y abarca la prevención de riesgos sistémicos en una población cada vez más informada y exigente.
(Fuente: www.dermatologytimes.com)