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Reconocer y abordar la retirada de corticoides tópicos: claves en el abordaje profesional de la dermatitis

Introducción

La gestión avanzada de dermatosis inflamatorias crónicas, como la dermatitis atópica (DA), exige un conocimiento actualizado sobre los efectos derivados del uso prolongado de corticoides tópicos. En el marco del congreso RAD 2025, el Dr. Brad Glick (DO, MPH) abordó en profundidad los signos clínicos del síndrome de retirada de corticoides tópicos (TSW, por sus siglas en inglés), la importancia de una historia clínica detallada para diferenciarlo de exacerbaciones graves de DA y el papel emergente de terapias no esteroideas y sistémicas. Este artículo detalla los aspectos técnicos y prácticos del TSW, así como las alternativas terapéuticas actualmente relevantes para el sector de la estética avanzada y la medicina estética.

Novedad o Tratamiento

El síndrome de retirada de esteroides tópicos (TSW) se caracteriza por un rebote inflamatorio cutáneo tras la suspensión de corticoides aplicados durante periodos prolongados o a altas potencias. Su creciente reconocimiento en entornos de medicina estética obliga a los profesionales a diferenciarlo de brotes intensos de dermatitis atópica, evitando así tratamientos inadecuados y complicaciones. La tendencia actual se inclina hacia el uso de terapias dirigidas, tanto tópicas como sistémicas, que minimicen los efectos secundarios relacionados con los corticoides.

Características Técnicas

El TSW se manifiesta clínicamente con eritema difuso, ardor, prurito intenso, descamación y, en ocasiones, pústulas o edema, localizados principalmente en áreas previamente tratadas. La evolución suele ser bifásica: una fase aguda de rebrote inflamatorio y una fase crónica con piel seca y persistente sensación de quemazón. El diagnóstico se basa en la correlación clínica y la historia detallada de uso de corticoides, considerando factores como la potencia del principio activo (betametasona, clobetasol, mometasona), frecuencia de aplicación y duración del tratamiento.

Innovaciones respecto a modelos anteriores

Tradicionalmente, los brotes de DA se trataban de forma empírica con corticoides tópicos de distintas potencias y emolientes. Sin embargo, la aparición del TSW ha impulsado el desarrollo y adopción de alternativas terapéuticas como los inhibidores de la calcineurina tópicos (tacrolimus, pimecrolimus), inhibidores tópicos de la fosfodiesterasa-4 (crisaborole), y tratamientos sistémicos biológicos (dupilumab, tralokinumab). La aparatología estética, como la fototerapia UVB de banda estrecha, también está ganando relevancia como tratamiento complementario, permitiendo reducir la dependencia de corticoides.

Evidencia y Estudios recientes

Un estudio retrospectivo publicado en 2022 por Rapaport et al. identificó que hasta un 12% de pacientes tratados con corticoides tópicos de alta potencia durante más de seis meses desarrollaron signos compatibles con TSW. La revisión sistemática de Hajar et al. (2015) estableció criterios diagnósticos y diferenciales claros, subrayando la necesidad de distinguir TSW de brotes graves de DA para evitar sobretratamientos. En cuanto a terapias no esteroideas, ensayos clínicos recientes (Simpson et al., 2021) han demostrado la eficacia y seguridad de dupilumab en el control de DA moderada-grave sin recurrir a corticoides.

Ventajas y Limitaciones

La principal ventaja de reconocer y tratar el TSW es evitar la cronificación del daño cutáneo y la dependencia esteroidea. Las alternativas terapéuticas como tacrolimus y crisaborole permiten un control efectivo de la inflamación sin los riesgos de atrofia cutánea, estrías o telangiectasias, frecuentes en tratamientos prolongados con corticoides. No obstante, su coste es más elevado (tacrolimus: 70-120 €/tubo de 30g; crisaborole: 100-150 €/tubo de 60g) y pueden causar irritación transitoria en algunos pacientes. Los biológicos sistémicos, como dupilumab, tienen un precio aproximado de 1.000-1.300 €/mes, lo que limita su acceso a ciertos pacientes fuera de la sanidad pública o seguros privados.

Opinión de Expertos

El Dr. Brad Glick enfatizó la importancia de una evaluación clínica minuciosa y de la formación continua de los profesionales en estética avanzada para reconocer el TSW y no confundirlo con recaídas habituales de dermatitis atópica. Otros expertos, como la Dra. Mar Llamas (Clínica Dermalight, Madrid), señalan la necesidad de protocolos individualizados y el uso racional de tecnologías complementarias (fototerapia, láseres no ablativos) para modular la inflamación y regenerar la barrera cutánea.

Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética

En el entorno profesional, es fundamental actualizar los protocolos de valoración y tratamiento de pacientes con antecedentes de uso prolongado de corticoides. Se recomienda incluir en la historia clínica un registro detallado de productos empleados, duración y frecuencia, además de explorar alternativas tópicas y sistémicas disponibles en el mercado. Equipos de fototerapia UVB (p.ej. Waldmann 7001, Daavlin Series 7) y láseres de baja intensidad pueden incorporarse como tratamientos coadyuvantes. El uso de principios activos como niacinamida, ceramidas y ácido hialurónico en cosmecéuticos de apoyo es clave para la recuperación de la función barrera.

Conclusiones

El reconocimiento y manejo adecuado del síndrome de retirada de corticoides tópicos es esencial en la práctica estética avanzada y la medicina estética. La tendencia actual apuesta por protocolos individualizados, la utilización de terapias no esteroideas y una correcta formación del personal para evitar complicaciones y optimizar los resultados en pacientes con dermatosis crónicas. La integración de aparatología moderna y productos dermocosméticos específicos representa una oportunidad para diferenciar y posicionar a los centros profesionales en un mercado en constante evolución.

(Fuente: www.dermatologytimes.com)