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El auge de los medicamentos para la pérdida de peso y su impacto en la imagen corporal en estética avanzada

Introducción
El sector de la estética avanzada, tradicionalmente centrado en aparatología, procedimientos mínimamente invasivos y el uso de principios activos de última generación, se enfrenta a un nuevo paradigma: el auge de los medicamentos para la pérdida de peso y su influencia directa sobre la percepción de la imagen corporal. Este fenómeno no sólo está transformando las expectativas de los pacientes, sino que también genera debates internos sobre las posibles presiones en los profesionales para alinearse con ciertos estándares corporales. Analizamos en profundidad cómo la integración de fármacos como el semaglutide y tirzepatida está remodelando la práctica diaria en clínicas médico-estéticas y centros de estética en España.

Novedad o Tratamiento
En los últimos años, el uso de medicamentos agonistas del receptor GLP-1, como Ozempic® (semaglutida) y Mounjaro® (tirzepatida), ha experimentado un crecimiento exponencial como herramientas para el control del peso. Estos tratamientos, inicialmente destinados al manejo de la diabetes tipo 2, han sido adoptados por clínicas médico-estéticas para pacientes con sobrepeso o que buscan una remodelación corporal más rápida, complementando procedimientos como la criolipólisis (CoolSculpting®), la radiofrecuencia corporal (Accent Prime®, Exilis Ultra 360®) y la mesoterapia lipolítica.

Características Técnicas
Los agonistas de GLP-1, como la semaglutida, actúan disminuyendo el apetito y ralentizando el vaciamiento gástrico, lo que conduce a una significativa reducción de peso. Los protocolos médicos suelen consistir en inyecciones subcutáneas semanales, bajo prescripción y supervisión médica. Los precios de estos tratamientos oscilan entre 200 y 400 euros mensuales, dependiendo de la dosis y el seguimiento. Su uso en estética avanzada se orienta a pacientes con un IMC entre 27 y 35, sin patologías graves asociadas.

Innovaciones respecto a modelos anteriores
Frente a los métodos tradicionales de remodelación corporal —como la liposucción, la cavitación ultrasónica (Cavi-Lipo®) o la carboxiterapia—, los fármacos para la pérdida de peso ofrecen una alternativa sistémica, menos invasiva y con menos tiempo de inactividad. Además, permiten tratar el componente metabólico del sobrepeso, algo que las tecnologías basadas en energía no abordan directamente. Sin embargo, su integración en protocolos de medicina estética exige una evaluación exhaustiva del paciente, la monitorización médica y la combinación con técnicas de aparatología para optimizar resultados y mantener la calidad de la piel tras la pérdida ponderal.

Evidencia y Estudios Recientes
Un estudio publicado en The New England Journal of Medicine en 2021 (Wilding et al.) demostró que la semaglutida, administrada una vez a la semana durante 68 semanas, produjo una reducción media de peso corporal del 14,9% en adultos con sobrepeso u obesidad, en comparación con el 2,4% del grupo placebo. Estos datos han impulsado la demanda de tratamientos farmacológicos en el entorno estético, aunque los estudios también advierten sobre posibles efectos secundarios como náuseas, estreñimiento y, en casos raros, pancreatitis.

Ventajas y Limitaciones
Entre las principales ventajas de estos medicamentos destaca su eficacia clínica respaldada por ensayos controlados, la facilidad de administración y la posibilidad de personalizar el tratamiento. No obstante, presentan limitaciones importantes: no sustituyen la necesidad de una dieta equilibrada y actividad física, pueden generar efecto rebote tras la suspensión y requieren prescripción médica, lo que limita su uso en centros de estética no medicalizados. Además, la rápida pérdida de peso puede provocar flacidez cutánea, incrementando la demanda de tecnologías de tensado cutáneo como la radiofrecuencia fraccionada (Morpheus8®, EndyMed PRO®).

Opinión de Expertos
Expertos como la Dra. Carmen Fernández, directora de una clínica de medicina estética en Madrid, señalan: “El auge de los fármacos para la pérdida de peso está cambiando el perfil del paciente. Ahora acuden con resultados rápidos de adelgazamiento, pero requieren protocolos combinados para tratar la laxitud y evitar descompensaciones corporales.” Desde el punto de vista profesional, existe cierta presión para ofrecer estos tratamientos y responder a la demanda de cuerpos más delgados, lo que obliga a una actualización constante en técnicas y tecnología.

Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética
En la práctica, los protocolos combinados ganan protagonismo. Por ejemplo, un paciente bajo tratamiento con semaglutida puede beneficiarse de sesiones de radiofrecuencia multipolar (Venus Legacy®) o ultrasonidos focalizados (HIFU, Ultraformer III®) para mejorar la retracción cutánea. La integración de estos tratamientos exige formación específica y protocolos multidisciplinares, así como una comunicación clara sobre los resultados esperables y las limitaciones. El mercado español observa una tendencia hacia la medicalización de la estética, con clínicas que incorporan médicos especialistas para prescribir y supervisar tratamientos farmacológicos.

Conclusiones
La irrupción de los medicamentos para la pérdida de peso está transformando la estética avanzada, generando nuevas oportunidades y desafíos para clínicas y centros de estética. La clave reside en la integración segura y ética de estos tratamientos dentro de protocolos médico-estéticos, la formación continua del equipo profesional y la adaptación a un mercado que demanda resultados rápidos pero también seguros y sostenibles. El futuro apunta a una combinación sinérgica de farmacología, aparatología y técnicas avanzadas, siempre bajo la premisa de la personalización y el bienestar del paciente.

(Fuente: aestheticmed.co.uk)