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El ácido tranexámico, clave emergente en el manejo avanzado de la hiperpigmentación

Introducción

En los últimos años, el ácido tranexámico ha pasado de ser un desconocido en la dermatología estética a convertirse en un ingrediente esencial en protocolos profesionales para tratar la hiperpigmentación. Su eficacia, seguridad y versatilidad han propiciado su inclusión en fórmulas tópicas, tratamientos inyectables y dispositivos de administración transdérmica en clínicas médico-estéticas y centros de estética avanzada. Este artículo repasa las claves técnicas y clínicas del uso del ácido tranexámico en el sector estético, y cómo su incorporación está transformando los abordajes tradicionales de las discromías.

Novedad o Tratamiento

El ácido tranexámico (ATX), originalmente utilizado como antifibrinolítico sistémico, ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de diversos tipos de hiperpigmentación, especialmente el melasma, hiperpigmentaciones postinflamatorias y léntigos solares. Su acción se basa en la inhibición de la activación de plasminógeno, lo que reduce la liberación de mediadores proinflamatorios y la transferencia de melanina a los queratinocitos.

En estética avanzada, el ácido tranexámico se emplea en varias formas: tópica (cremas, serums y mascarillas), oral (prescripción médica) y, más recientemente, mediante protocolos de mesoterapia y dispositivos de administración transdérmica como la electroporación o microagujas. Marcas como Sesderma, Mesoestetic o SkinCeuticals han lanzado fórmulas específicas con ATX, adaptadas a la demanda profesional.

Características Técnicas

El ácido tranexámico es un derivado sintético de la lisina, estable en formulaciones acuosas y compatible con otros activos despigmentantes como el ácido kójico, la niacinamida o el ácido azelaico. En aplicación tópica, se emplean concentraciones entre el 2% y el 5%. En mesoterapia, las dosis habituales oscilan entre 0,5 y 4 mg/ml, administradas en sesiones quincenales o mensuales en función del protocolo.

La duración del tratamiento varía según el tipo de hiperpigmentación y la vía de administración, siendo habitual un ciclo de 3 a 6 meses para obtener resultados clínicamente significativos. Es fundamental ajustar el protocolo a las características del fototipo y la etiología de la hiperpigmentación.

Innovaciones respecto a modelos anteriores

A diferencia de los despigmentantes clásicos (hidroquinona, ácido retinoico), el ácido tranexámico ofrece una alternativa con menor riesgo de irritación, efecto rebote o complicaciones en fototipos altos. Las nuevas formulaciones galénicas, como los liposomas o los nanocarriers, mejoran la penetración cutánea y potencian la eficacia del ATX, permitiendo resultados más rápidos y sostenibles.

La combinación del ácido tranexámico con tecnologías de aparatología avanzada (microneedling, radiofrecuencia fraccionada, electroporación) optimiza la biodisponibilidad y facilita su integración en protocolos multifactoriales, especialmente indicada en clínicas de medicina estética con enfoque integral.

Evidencia y Estudios recientes

Diversos estudios clínicos avalan la eficacia del ácido tranexámico en el tratamiento del melasma y otras hiperpigmentaciones. Un metaanálisis publicado en 2022 en el «Journal of Cosmetic Dermatology» concluyó que el ATX, tanto oral como tópico o inyectable, reduce significativamente el índice MASI (Melasma Area and Severity Index) respecto a placebo, con un perfil de seguridad favorable. Investigaciones comparativas han mostrado que la combinación de ATX con láser fraccionado o peelings químicos incrementa la tasa de remisión y reduce la recurrencia.

Ventajas y Limitaciones

Entre las ventajas del ácido tranexámico destacan su versatilidad, bajo perfil de efectos secundarios, compatibilidad con otros tratamientos y aplicabilidad en una amplia gama de fototipos. No genera ocronosis ni riesgo de citotoxicidad acumulativa, problemas asociados a la hidroquinona en protocolos prolongados.

Como limitaciones, cabe señalar que la respuesta varía según el tipo de hiperpigmentación y que los resultados, aunque progresivos, no son inmediatos. Requiere estricta fotoprotección durante el tratamiento y su uso oral debe ser prescrito y monitorizado por un médico, debido a posibles riesgos trombóticos en pacientes susceptibles.

Opinión de Expertos

Dermatólogos y médicos estéticos destacados, como la Dra. Cristina Eguren o el Dr. Ricardo Ruiz, consideran el ácido tranexámico una herramienta de elección en protocolos despigmentantes modernos. Subrayan su interés en pacientes refractarios a otros tratamientos y en pieles sensibles o con riesgo de efectos adversos con hidroquinona.

Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética

El ácido tranexámico permite diseñar protocolos personalizados en centros de estética avanzada: desde sesiones de mesoterapia para melasma resistente, hasta peelings combinados con ácidos suaves para tratar discromías difusas. Su incorporación en cabina se realiza mediante equipos de microneedling (Dermapen, MesoPen), electroporadores (Dermalinfusion, Mesoderm) o como parte de protocolos de peelings despigmentantes (Cosmelan, Dermamelan).

En el mercado español, los precios de tratamientos profesionales oscilan entre 80 y 180 euros por sesión, dependiendo de la técnica y la combinación de activos. La tendencia actual apunta a la sinergia de ATX con vitamina C, retinol y factores de crecimiento, en protocolos antiedad globales.

Conclusiones

El ácido tranexámico se consolida como ingrediente clave en la estética avanzada para el tratamiento de la hiperpigmentación, destacando por su eficacia, seguridad y adaptabilidad a diferentes técnicas y protocolos. Su integración en la práctica profesional permite ofrecer soluciones personalizadas y minimizar los efectos adversos asociados a despigmentantes tradicionales, consolidando su presencia en el arsenal terapéutico de clínicas y centros de estética de vanguardia.

(Fuente: aestheticmed.co.uk)