Cirugía estética en cadenas: riesgos y desafíos para la práctica profesional
Introducción
En los últimos años, el sector de la cirugía y medicina estética ha experimentado un notable crecimiento en la aparición de cadenas y franquicias especializadas en procedimientos quirúrgicos y tratamientos avanzados. Este fenómeno ha transformado el panorama del sector, introduciendo nuevos modelos de negocio, estrategias comerciales agresivas y una mayor accesibilidad a determinados procedimientos. Sin embargo, este avance plantea importantes retos para la práctica profesional, especialmente en lo relativo a la cualificación del personal médico, la gestión de complicaciones y la seguridad del paciente.
Novedad o Tratamiento
Las cadenas de cirugía y medicina estética han popularizado la oferta de intervenciones como la liposucción asistida por láser (SmartLipo, Cynosure), la abdominoplastia mínimamente invasiva, el aumento mamario con implantes de última generación (Motiva, Mentor), así como tratamientos no invasivos de rejuvenecimiento facial con radiofrecuencia (Morpheus8, InMode) o ultrasonidos focalizados (Ultherapy, Merz Aesthetics). Estos grupos suelen operar bajo marcas reconocidas, con campañas de marketing intensivas y protocolos de captación digital, haciendo más accesibles los tratamientos a un público amplio.
Características Técnicas
La estructura de las cadenas de cirugía estética suele basarse en la estandarización de protocolos, la utilización de aparatología avanzada y la rotación de profesionales médicos en distintas sedes. Equipos como láseres fraccionados (CO2RE, Candela), plataformas de criolipólisis (CoolSculpting, Allergan), sistemas de microagujas con radiofrecuencia (Secret RF, Cutera) y dispositivos de lipólisis asistida por energía se encuentran entre los más empleados. A menudo, la prioridad en estos centros se centra en la eficiencia operativa y la optimización de tiempos, pero surgen dudas sobre la homogeneidad en la formación y acreditación de los equipos médicos que emplean esta tecnología.
Innovaciones respecto a modelos anteriores
A diferencia de las clínicas tradicionales, donde el cirujano suele desarrollar una relación más cercana y personalizada con el paciente, las cadenas apuestan por la descentralización del proceso, delegando la valoración inicial y el seguimiento en equipos médicos rotatorios o incluso en personal no médico en la fase preoperatoria. Las plataformas de captación digital, los sistemas de gestión de pacientes y el uso de inteligencia artificial para la recomendación de tratamientos son innovaciones que diferencian a estas cadenas. Sin embargo, la falta de continuidad asistencial y la posible superficialidad en la selección del profesional adecuado para cada caso representan aspectos críticos que requieren revisión.
Evidencia y Estudios recientes
Un estudio realizado por Swanson et al. en 2021, publicado en *Aesthetic Surgery Journal*, analizó la incidencia de complicaciones en procedimientos realizados en cadenas frente a clínicas independientes. El trabajo concluyó que, aunque la tasa de complicaciones mayores no difiere significativamente, sí se detectó una mayor incidencia de problemas derivados de una inadecuada selección de pacientes y una respuesta más lenta ante complicaciones en los entornos de cadena, atribuyéndolo a la estandarización de protocolos y a la menor experiencia acumulada en algunos profesionales.
Ventajas y Limitaciones
Entre las ventajas de los modelos de cadena destacan la accesibilidad, los precios competitivos (reducción del 10-20% respecto a clínicas boutique), la disponibilidad de aparatología avanzada y la amplia oferta de tratamientos. Sin embargo, los riesgos asociados incluyen la posible falta de personal médico debidamente acreditado, la escasa capacidad de respuesta ante complicaciones intra o postoperatorias, y la priorización de la venta y captación frente a la calidad asistencial. Además, la rotación de profesionales puede afectar a la continuidad del seguimiento y a la correcta gestión de eventos adversos.
Opinión de Expertos
Numerosos cirujanos plásticos de trayectoria reconocida, como el Dr. Francisco Gómez Bravo, miembro de la SECPRE, han manifestado públicamente su preocupación por el auge de las cadenas en el sector. Según señalan, la presión comercial puede llevar a una reducción de los criterios de selección y acreditación, así como a una menor atención a la formación continua y a la especialización. Asimismo, expertos en gestión de clínicas estéticas como la consultora Marta Manso destacan la importancia de mantener protocolos internos de validación del personal, independientemente del modelo de negocio.
Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética
Para los gerentes y propietarios de centros médico-estéticos, la irrupción de las cadenas supone un desafío competitivo y una llamada a la diferenciación basada en la calidad asistencial, la formación continuada del personal y la personalización del trato. La adquisición de equipamiento de última generación (láseres, plataformas multifuncionales, sistemas de monitorización avanzada) debe ir siempre acompañada de una política estricta de acreditación y actualización profesional. La integración de protocolos de seguridad, sistemas de gestión de complicaciones y formación en emergencias específicas de la medicina estética es ahora más necesaria que nunca.
Conclusiones
El auge de las cadenas de cirugía estética representa una tendencia consolidada en el sector, con importantes ventajas de acceso y precio, pero también con desafíos significativos en lo relativo a la seguridad del paciente y la capacitación profesional. La estandarización de procesos y la presión comercial no deben nunca relegar la calidad asistencial, la correcta acreditación de los profesionales y la capacidad de respuesta ante complicaciones. El equilibrio entre innovación tecnológica, eficiencia comercial y excelencia clínica será clave para el futuro del sector y para la confianza de los pacientes en la medicina y estética avanzadas.
(Fuente: plasticsurgerypractice.com)