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Nuevos anticuerpos monoclonales en dermatología estética: potencial de amlitelimab y rocatinlimab en la modulación de la señalización de citocinas

Introducción

El avance en la biotecnología ha permitido la aparición de terapias cada vez más específicas en el ámbito de la dermatología y la estética avanzada. En el contexto del RAD 2025 (Reunión Anual de Avances en Dermatología), el Dr. Christopher Bunick, MD, PhD, presentó nuevos datos sobre dos anticuerpos monoclonales de última generación: amlitelimab y rocatinlimab. Sus mecanismos de acción basados en la inhibición selectiva de la señalización de citocinas abren nuevas posibilidades para el manejo de alteraciones cutáneas inflamatorias, con implicaciones directas en el tratamiento estético de patologías crónicas como la dermatitis atópica, pero también en protocolos orientados a la mejora de la calidad cutánea en pacientes de estética avanzada.

Novedad o Tratamiento

Amlitelimab y rocatinlimab son anticuerpos monoclonales humanizados que actúan sobre diferentes dianas inmunológicas relacionadas con la inflamación cutánea. Amlitelimab se dirige al receptor OX40 (CD134), modulando la activación y supervivencia de los linfocitos T, mientras que rocatinlimab bloquea la vía de señalización de la citocina interleucina 13 (IL-13), clave en la fisiopatología de diversas enfermedades inflamatorias crónicas de la piel. Esta nueva generación de moléculas no sólo suprime la actividad inflamatoria, sino que puede contribuir a la restauración de la homeostasis cutánea, con beneficio potencial en tratamientos de rejuvenecimiento, control de rojeces persistentes, y mejora de la barrera epidérmica.

Características Técnicas

Amlitelimab es un anticuerpo monoclonal IgG4 humanizado, administrado por vía subcutánea en pautas mensuales (dosis de entre 150 mg y 350 mg, según estudios clínicos fase II). Se caracteriza por una semivida prolongada, lo que permite espaciar los tratamientos y optimizar la adherencia del paciente.

Rocatinlimab, por su parte, es un anticuerpo monoclonal IgG1, también diseñado para administración subcutánea, con dosificaciones que varían entre 150 mg y 600 mg cada 2-4 semanas, dependiendo de la indicación y fase del protocolo terapéutico. Ambos fármacos se diferencian de los biológicos tradicionales (como dupilumab o tralokinumab) en su mayor especificidad sobre las vías OX40 y IL-13, respectivamente.

Innovaciones respecto a modelos anteriores

En comparación con anticuerpos monoclonales previos, amlitelimab y rocatinlimab destacan por su especificidad y perfil de seguridad. Mientras que los biológicos previos dirigidos a IL-4/IL-13 (como dupilumab) han supuesto una revolución en el tratamiento de enfermedades inflamatorias cutáneas, la inhibición selectiva de OX40 por amlitelimab ofrece un control inmunomodulador más preciso, reduciendo el riesgo de inmunosupresión sistémica.

Rocatinlimab, con su enfoque sobre IL-13, minimiza la interferencia sobre otras citoquinas, permitiendo una acción más localizada y menos efectos adversos. Además, ambos agentes presentan menor inmunogenicidad y mejor tolerabilidad, con menor frecuencia de reacciones adversas cutáneas locales y sistémicas.

Evidencia y Estudios recientes

Un estudio destacado sobre amlitelimab publicado en 2023 en *The New England Journal of Medicine* demostró una reducción significativa de la inflamación cutánea y la mejora de las puntuaciones SCORAD en dermatitis atópica moderada-grave tras 16 semanas de tratamiento, con un perfil de seguridad favorable.

En cuanto a rocatinlimab, un ensayo fase II (Katoh et al., 2022) evidenció una reducción mantenida de lesiones cutáneas y prurito, con respuesta clínica significativa en más del 60% de los pacientes tratados. Aunque la mayoría de los estudios están orientados a la dermatitis atópica, la modulación de la señalización de citocinas ofrece potencial en protocolos de estética avanzada, especialmente en pacientes con disfunción de la barrera epidérmica o alteraciones inflamatorias leves-moderadas.

Ventajas y Limitaciones

Entre las ventajas para su uso en estética avanzada destacan la mejora de la textura cutánea, el control de la inflamación subclínica y la reducción de eritema persistente, factores relevantes en la satisfacción del paciente en tratamientos de rejuvenecimiento, peelings químicos, microneedling o láser no ablativo.

No obstante, su coste elevado (precios de referencia entre 800 y 1.200 euros por inyección, según mercado y disponibilidad) y la necesidad de supervisión médica especializada limitan su acceso en centros de estética convencionales, siendo más apropiados para clínicas médico-estéticas dirigidas por dermatólogos o médicos estéticos con experiencia en biológicos.

Opinión de Expertos

Expertos en medicina estética y dermatología como la Dra. Patricia Contreras (Clínica Dermatológica Internacional, Madrid) consideran que «la llegada de estos nuevos anticuerpos monoclonales permitirá tratar perfiles de pacientes con alteraciones inflamatorias leves no candidatos a inmunosupresión sistémica, optimizando resultados en tratamientos integrales de la piel».

Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética

En la práctica diaria, amlitelimab y rocatinlimab pueden incorporarse como parte de protocolos combinados en pacientes con eritema facial persistente, rosácea inflamatoria moderada, o aquellos con mala respuesta a tratamientos tópicos. Su uso, complementado con aparatología avanzada (láser vascular, IPL, radiofrecuencia fraccionada), puede potenciar resultados y reducir recaídas.

Clínicas punteras en ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga están comenzando a incluir estos anticuerpos en carteras de servicios premium, siempre bajo la supervisión de médicos especialistas y con criterios de selección estrictos.

Conclusiones

La irrupción de amlitelimab y rocatinlimab representa un avance en la medicina estética avanzada, permitiendo una modulación precisa de la respuesta inflamatoria cutánea. Su integración en protocolos combinados, junto a tecnología de última generación y cosmecéuticos innovadores, abre nuevas vías para la personalización del tratamiento y la mejora de los resultados en pacientes exigentes. Sin embargo, su elevado coste y la necesidad de formación y supervisión médica especializada limitan su disponibilidad fuera de entornos médico-estéticos avanzados.

(Fuente: www.dermatologytimes.com)