Aumentan los casos de quemaduras solares en jóvenes: la AAD recomienda reforzar los protocolos de fotoprotección en centros de estética
Introducción
En el ámbito de la estética avanzada y la medicina estética, la salud cutánea y la prevención del fotoenvejecimiento son aspectos clave en los protocolos de tratamiento. Recientemente, la Academia Americana de Dermatología (AAD) ha alertado sobre un preocupante aumento en los casos de quemaduras solares, especialmente entre la población más joven. Este dato, respaldado por su última encuesta nacional, pone de relieve la necesidad de actualizar y reforzar las estrategias de fotoprotección en los centros de estética y clínicas médico-estéticas, tanto en la práctica diaria como en la educación al paciente.
Novedad detectada: Recrudecimiento de las quemaduras solares en jóvenes
La AAD, tras analizar datos de más de 2.000 participantes en 2023, ha identificado una tendencia al alza en la incidencia de quemaduras solares, con especial incidencia entre los menores de 35 años. Este incremento no solo implica un mayor riesgo de envejecimiento prematuro, sino también de aparición de manchas, eritema persistente y lesiones actínicas, que limitan o contraindican la aplicación de numerosos tratamientos estéticos.
Características técnicas: Fotoprotección y prevención en la práctica profesional
Para el sector profesional, la fotoprotección debe estar integrada en todos los protocolos —tanto domiciliarios como en cabina—, incidiendo en el uso de filtros solares de amplio espectro (UVB-UVA), antioxidantes tópicos (como vitamina C, E, niacinamida o ácido ferúlico) y protectores físicos (óxido de zinc, dióxido de titanio). Marcas líderes como Heliocare, ISDIN, Skinceuticals o Bioderma ofrecen productos específicos para uso profesional, con SPF 50+ y texturas adaptadas a distintos fototipos y tipos de piel, con precios al por mayor que oscilan entre 15 y 35 euros por envase profesional.
En aparatología, la exposición solar previa y posterior puede contraindicar procedimientos como láser, IPL, luz pulsada o peelings químicos, incrementando el riesgo de efectos secundarios. Por ello, la valoración previa y la educación en fotoprotección son esenciales en la programación de estos tratamientos.
Innovaciones respecto a modelos anteriores
En los últimos años, la incorporación de fotoprotectores con filtros biológicos, el uso de pantallas minerales ultrafinas y la formulación de cosméticos con activos reparadores del ADN (fotoliasas, enzimas) han supuesto un avance significativo. Además, se ha popularizado el uso de protectores solares orales (como Fernblock® o Polypodium leucotomos) como complemento en protocolos de fotoprotección integral, especialmente en tratamientos de rejuvenecimiento, manchas o post-procedimiento.
Evidencia y estudios recientes
Diversos estudios avalan la importancia de la fotoprotección en la prevención del daño cutáneo inducido por la radiación UV. Un estudio publicado en 2022 en “Journal of the American Academy of Dermatology” concluyó que el uso constante de fotoprotectores de amplio espectro reduce hasta en un 40% la incidencia de quemaduras solares en jóvenes. Además, se ha demostrado que la educación continuada en fotoprotección incrementa el cumplimiento y la eficacia de estos protocolos (Green et al., 2022).
Ventajas y limitaciones
La implementación de protocolos actualizados de fotoprotección en centros de estética ofrece ventajas como la reducción de efectos adversos post-procedimiento, mayor satisfacción del cliente y mejores resultados a largo plazo. Sin embargo, la principal limitación sigue siendo la adherencia del usuario, especialmente en la población joven, que tiende a subestimar el riesgo solar y priorizar la estética inmediata sobre la salud cutánea a largo plazo.
Opinión de expertos
Dermatólogos y médicos estéticos coinciden en la necesidad de reforzar la educación personalizada, utilizando herramientas visuales (dermoanálisis, sensores UV, cámaras de luz polarizada) para concienciar sobre el daño solar invisible. La Dra. Ana Molina, dermatóloga y divulgadora, insiste en que “la fotoprotección debe ser un pilar transversal en todos los tratamientos estéticos, no solo en verano, sino durante todo el año”.
Aplicaciones prácticas en centros y clínicas de estética y medicina estética
Los profesionales deben integrar la fotoprotección en la anamnesis y como paso imprescindible en protocolos faciales y corporales. Se recomienda entregar muestras de fotoprotectores tras procedimientos como peelings, láseres o dermoabrasión, y ofrecer packs de fotoprotección domiciliaria adaptados a cada perfil de paciente. Además, la formación específica del equipo en fotoprotección y la actualización anual de protocolos son acciones diferenciadoras y de valor añadido.
Conclusiones
El aumento de quemaduras solares entre jóvenes exige una respuesta proactiva y técnica por parte de los profesionales de la estética avanzada. La integración de fotoprotectores de última generación, la educación personalizada y la innovación en protocolos son claves para ofrecer resultados seguros y eficaces, posicionando a las clínicas y centros de estética como referentes en prevención y salud cutánea.
(Fuente: plasticsurgerypractice.com)